El problema común de las “dietas” es que al final de cumplirla al pie de la letra los individuos suelen volver a sus hábitos acostumbrados, y en efecto les ocurre que retoman las libras perdidas, incluso, existen los casos de que aumentan más de lo que perdieron. A ésto es lo que popularmente es llamado: “Efecto Rebote”.
Los rebotes son gracias a varias causas:
Primero. Lo más común que sucede es que la mayoría de los nutricionistas o endocrinólogos toman de sus archivos una dieta X que es la que suministran para que la persona lleve a cabo. Y la pregunta es: ¿De cuáles parámetros se basaron para proporcionarla a ese sujeto en particular? Tomen en cuenta que, aunque el objetivo sea el mismo, cada persona es un ente diferente, por tanto, se debe basar exclusivamente en uno. Esto, se da tanto en endomorfos que buscan bajar sus niveles de grasas, y en ectomorfos que quieren desarrollar su masa muscular.
Segundo. Suministran dietas tan rígidas que impiden sobrellevarla después de un corto lapso. No están diseñadas a los gustos del individuo, al igual que tampoco están adaptadas a su estilo de vida, lo que implica que sea cuesta arriba y poco efectiva.
Tercero. Son muy hipocalóricas o hipercalóricas, que además de que el organismo no soporta esa ingesta de calorías bruscamente, tienden a rechazarla y generan frustración. Así pues, en el caso de una alimentación calóricamente baja, puede ocurrir nerviosismo, insomnio, hipoglicemia, taquicardia, entre otras. En el otro ámbito, alimentación alta en calorías, se presentan hechos como: indigestión, diarrea, vómitos/náuseas, hipertensión, etc. Cabe destacar que hay personas que, por sí mismos, persisten en llevar estos tipos de alimentación extrema, en las cuales, las consecuencias futuras son incuestionables.
Cardiopatía, insuficiencia renal, e insuficiencia hepática, son algunas de ellas.
Cuarto. No te educan. Les ha pasado que terminan una dieta y se preguntan ¿ahora qué? Lamentablemente, ahí es donde radica ‘el negocio’ de la mayoría. Crear una dependencia a seguir una dieta, salvo a instruir cómo manejar su estilo de vida manteniendo su objetivo alcanzado.
No obstante, podemos practicar e implementar métodos inteligentes para evitarlos:
1. Básate en las calorías. Los que llevan una hipocalórica, pueden ir ajustando la ingesta calórica paulatinamente, llevando registros de lo que consumen, e yendo aumentando con porcientos bajos entre un 10% a un 15% del total calórico según la última dieta. En el caso hipercalórico, la clave está en sustituir los alimentos con aportes nutricionales en sus macronutrientes más elevados: Los carbohidratos, en su mayoría, por aquellos con carga glucémica alta; y las proteínas por los de mayor valor biológico. De esta manera, ingieren menos cantidad de alimentos con más calorías netas.
2. Compensa lo que comes. Si te excedes de calorías en una de tus comidas, réstale a la/s próxima/s que te toque/n.
3. Agrégale trabajo a tu cuerpo y evade el sedentarismo. Sólo así puedes confiar en mantener activo tu metabolismo eficientizando sus funciones, incrementando la utilidad de la grasa sin comprometer tu masa muscular, ya que la masa muscular es proporcional al trabajo que se realiza.
4. Mantente hidratado. El agua es un buen mecanismo que te orienta a identificar si es hambre o falta de ésta lo que tienes.
5. Sé consciente. El cuerpo está en constante comunicación con tu cerebro mandándole señales de su estado. Ejemplo, puedes ya estar satisfecho con tu plato, pero sigues comiendo sin control; ahí es cuando tienes que estar alerta para parar. En el caso contrario, es vital estar pendientes a no saltarse comidas o tener horas extensas sin alimentarse.
Si estás buscando bajar de peso inteligentemente, te invito a que sigas las recomendaciones que se detallan en el siguiente video.
En fin, necesitas una guía personalizada para poder aprender tus requerimientos, al igual que adaptarlos a tu modo de vivir. Al final, depende de tu fuerza de voluntad para hacer el cambio y continuar con avances positivos, para de este modo impedir hacer de una inversión un gasto considerable en el bolsillo, sobre todo, que tu salud física y emocional se vea perjudicada.
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